Dos de las vacunas que se están administrando en todo el mundo contra el coronavirus se encuentran en el centro de las sospechas, luego de que algunos pacientes (la mayoría de los casos ocurrieron en mujeres) manifestaran cuadros de trombosis. Se trata de los productos de AstraZeneca, principalmente, y de Johnson & Johnson.
De hecho, hace dos días Chile prohibió la segundas dosis de AstraZeneca en hombres menores de 45 años, quienes en cambio recibirán Pfizer para finalizar su inmunización. La vacuna ya estaba vedada en mujeres de esa franja etárea, pues el país trasandino únicamente la aplica en sus ciudadanas mayores de 55 años. La decisión de las autoridades chilenas llega después de un caso confirmado de trombosis en un muchacho de 31 años. Además, esta semana también Italia suspendió el empleo de la vacuna anglo sueca, luego de que una chica de 18 años muriera por una trombosis. Ante esto, ¿qué hará la Argentina?
El infectólogo Eduardo López -integrante del comité médico que asesora al Gobierno nacional- explica, primero, que los beneficios son mayores que los efectos adversos. "Los reportes de trombos han sido muy poco frecuentes; uno o dos cada 100.000 dosis", precisa.
Infectólogo del Hospital Ricardo Gutiérrez y director del postgrado de infectología pediátrica de la Universidad de Buenos Aires, apenas tiene tiempo de charlar con este diario debido a la sucesión de videoconferencias en la que se ha convertido su vida. "Si llegara a generar un efecto adverso, por lo general aparecería en los siete o 14 días posteriores a la primera dosis, sobre todo en mujeres que han tomado anticonceptivos. No obstante, también se han visto sucesos en hombres", añade, en segundo lugar.
Tras estas dos apreciaciones, López no recomienda la suspensión de AstraZeneca, pero sí la toma de recaudos, especialmente en mujeres jóvenes. "Ese sería el grupo potencialmente afectado", indica. Con respecto a la administración de esta vacuna en embarazadas, ejemplifica con Inglaterra, que inocula a este sector con Pfizer y sólo utiliza AstraZeneca para mayores de 40 años.
Pero técnicamente, ¿qué es lo que sucede con AstraZeneca y Johnson & Johnson? Se sabe, con certeza, que los trombos ocurren como una reacción en la que el sistema inmune se vuelve contra el propio paciente y genera unos anticuerpos que se unen selectivamente a una proteína situada en la superficie de las plaquetas. Estas células sanguíneas son las responsables de la coagulación de la sangre. Cuando los anticuerpos se unen a esa proteína (conocida como factor plaquetario 4) las plaquetas se activan y empiezan a unirse unas a otras produciendo coágulos de sangre. La mayoría de las afectadas presentaba coágulos en vasos sanguíneos del cerebro o del abdomen.
A la hora de investigar qué tienen que ver los pinchazos con esta reacción, se cree que la respuesta radicaría en que AstraZeneca y Johnson emplean la técnica del vector viral. Es decir, toman como soporte otro virus, que es modificado para que transporte dentro del organismo humano información genética capaz de combatir la covid-19. Ambas utilizan un adenovirus, un tipo de virus muy corriente. AstraZeneca se vale de un adenovirus de un chimpancé.
Por ahora no ha habido ningún caso reportado de estas patologías con otras vacunas que también emplean adenovirus, como la rusa Sputnik, que usa un adenovirus humano. Las vacunas Pfizer y Moderna, en cambio, utilizan la técnica del ARN mensajero. En concreto, en Estados Unidos se detectaron unas seis pacientes con trombosis tras ser inoculadas. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha contabilizado más de 200 sucesos, en tanto. Y aunque se trata de una incidencia muy baja, se les recomendó a los médicos que se familiaricen con los métodos de tratamiento especiales de estas raras trombosis venosas. Y se desaconsejó el uso de heparina. En vez, se propuso inmunoglobulina.
A mediados de abril, y tras horas de mucha expectativa, la EMA volvió a habilitar el uso de AstraZeneca, que llevaba unas dos semanas suspendida en Europa por alerta. Tal como ocurrió en esa ocasión, quizás tanto Chile como Italia, una vez que indaguen sobre sus casos, levanten las respectivas prohibiciones. Todos los expertos consultados coinciden que la aparición muy poco frecuente de estos trombos no debe afectar al proceso de vacunación, tal como planteó López. Sin embargo, al parecer cada vez más se usará con cautela.